domingo, 1 de agosto de 2010

El trigo se ha vuelto loco

Ni siquiera en 2008, cuando todos los precios rompían récords se registró una suba de precios para el trigo como la que se concretó en este mes de julio. La expansión del maíz y la soja en EEUU y Argentina había recortado algunas áreas trigueras tradicionales. La expansión de la canola en Canadá había hecho otro tanto. Justamente en Canadá, las lluvias excesivas causaron graves daños a la producción. Y entonces sucedió lo grave. Propio de estos tiempos de cambio climático. Una ola de calor arrasó los cultivos desde Kazakastán a Alemania, pasando por Rusia y Ucrania, productores que en los últimos cinco años se han vuelto de fundamental importancia.
Un nuevo empuje malthusiano sobre los precios. Porque mientras el crecimiento desaforado de la demanda empuja las áreas de oleaginosas y del maíz destinado a etanol, se achica el área de trigo y cebada y eso, en un planeta recalentado, es un factor de permanente posibilidad de desbarajuste. Ahora el International Grain Council, el Departamento de Agricultura y la FAO están ajustando aceleradamente a la baja sus previsiones de stock para 2011 y el mercado está reaccionando con pánico.
Muchos productores de Uruguay y Argentina se habían mantenido escépticos respecto a la siembra del cereal y ahora enfrentan, especialmente en el caso uruguayo la disyuntiva de sembrar ya en una fecha en la que el potencial de rendimiento se ve amenazado.
Plantar trigo en agosto está fuera de manual, pero también está fuera de lo previsto un precio superior a US$ 200 por tonelada, el que seguramente será ofrecido esta semana. Y por cebada ni hablar. Con cotizaciones de US$ 210, más de uno se subirá a la sembradora y le pedirá al clima que no lo castigue por la osadía.
Un nuevo empuje malthusiano, como para convencer a los escépticos que queden.

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